La semana del pasado 14 de mayo fue la Semana Mundial por el Parto Respetado.

Por este motivo nos pusimos en contacto con Dona Llum, Associació Catalana per un part respectat y les hicimos unas preguntas sobre el tema.  Noelia nos atendió y respondió de manera muy agradable:

LA CASETA:  A menudo en los documentales sobre partos se ven partos no respetados en países de Latinoamérica, pero, ¿y aquí? ¿Se respetan nuestros partos?

NOELIA: Se habla mucho de los países de Latinoamérica pero la realidad es que allí, si tienes suerte, aún puedes encontrar parteras que conocen el arte ancestral de acompañar a las mujeres en el parto. Sí que es verdad que hay países en este aspecto que están peor que aquí. Sin embargo, si nos comparamos con el resto de Europa, los partos son muy intervenidos y el gran problema es que aquí los protocolos están muy obsoletos.

Aquí te puedes encontrar que en un hospital vas a presentar un Plan de parto, que es algo tan básico como la voluntad de una mujer durante SU parto y un documento totalmente legal, y que te miren como si les llevases un extraterrestre en una urna y que te digan que no lo aceptan o que te pongan muchas pegas (esto se lo tienes que dar a la comadrona, la comadrona te dice que esto se lo tienes que llevar al ginecólogo, el ginecólogo te manda a atención, etc).

La realidad es que te lo tendrían que aceptar sin problemas, sellar conforme lo han recibido, adjuntarlo a tu historial y, el día del parto, mirarlo y respetarlo.

LC:  Sobrepasamos la media recomendada en número de cesáreas practicadas. ¿Por qué se hacen cesáreas? ¿Cuándo se recomienda una cesárea y cuándo no hay  motivos para realizarla?

N: Superamos con creces el número de cesáreas recomendado por la OMS. Aunque una mujer necesite cesárea, se puede esperar a que se ponga de parto y entonces realizarla, no hace falta programarla. Por ejemplo: si un bebé viene de nalgas y el equipo no está preparado para asistir a un parto de nalgas, entonces se debería realizar una cesárea. Pero la evidencia dice que deberían esperarse a que la mujer se pusiera de parto por si sola y entonces ejecutar la operación.

Entonces, ¿por qué una pública programaría una cesárea en un parto de nalgas? Para organizar agendas: tener los quirófanos mejor organizdos en horarios, etc. En la privada hay un motivo muy claro: dinero. Tenemos una compañera que en la semana 38 le practicaron un cesárea. Por aquel entonces, ella no tenía demasiada información al respecto. En el mismo quirófano, la enfermera le preguntó al médico: “¿Por qué le estamos haciendo una cesárea en la semana 38?” A lo que él respondió: “Porqué yo la semana que viene estoy en Bali y para que otro cobre el parto, para eso le hago yo la cesárea y la cobro yo”.

Las tasas de cesáreas suben mucho cuando llega un puente, vacaciones, para que no les estropees el fin de semana, etc. Y sobretodo, para cobrarlas. Un ginecólogo de privada no cobra lo mismo por un parto vaginal que por una cesárea y además se quieren asegurar cobrar ese parto, y si para conseguirlo deben programar una cesárea lo hacen y ya está.

 

LC: Cuando hablamos de violencia obstétrica, ¿de qué estamos hablando?

N: Cuando no se respeta a la mujer como una usuaria de salud, porque no estamos enfermas, técnicamente no somos pacientes. Los partos son procesos fisiológicos y lo que se hace es infantilizar a las mujeres y hacer patología de un proceso que no es patológico. Tenemos muchos modelos de violencia obstétrica: desde el puro maltrato como “Grita ahora, que también gritaste cuando lo hiciste”, “¿No eras tú la que no quería epidural? Pues ahora te aguantas porque el anestesista se ha ido a comer” y mil otras formas de maltrato visible. Aunque también hay otro no tan visible y que también lo es: practicar una episiotomía cuando no está indicada, también es violencia obstétrica; aplicar un fórceps cuando no hacen falta para no tener que esperar el rato de expulsivo; hacer una cesárea cuando no toca, etc. Si entráis en la web de DONALLUM y leéis los relatos de parto hay algunos que son escalofriantes y dignos de películas de terror.

LC: ¿Cómo se puede prevenir?

N: Cambiando protocolos. En un embarazo normal y corriente la persona que debería asistir el parto es la comadrona y cada vez se está perdiendo más. El ginecólogo está formado para cuando hay algún tipo de problema o patología. Se deberían empoderar a las comadronas y formarlas: muchas salen de la formación pensando que asistir un parto a una mujer consiste en administrar oxitocina, romper bolsa, hacer episiotomías y no tienen ni idea de un acompañamiento emocional al parto.

 

 

Podréis leer la segunda parte de la entrevista en la próxima entrada del blog, el lunes 16 de junio.