¡Volvemos de las vacaciones blogueras con muchas fuerzas y ánimos! Empezamos este nuevo ciclo hablando de lactancia.

La lactancia materna es una etapa en la que principalment están involucrados el niñx y la madre. A menu el otro progenitor se siente desplazado o tiene la idea que no tiene nada a hacer o decir en ese aspecto. ¿Cuánta verdad hay en eso?

Si hay algo que es cierto, es que la lactancia tiene que durar lo que madre e hijx decidan, ya que es una relación única e íntima entre ellos. Ni el pediatra, ni ningún familiar, ni la pareja deben decidir hasta aquí ha llegado la lactancia. Esto no significa que el ma-padre que no lacta no tenga un papel  (y, además, muy importante) en las distintas etapas de este periodo que puede variar según cada família.

De todos modos, recordamos que la OMS recomienda LME (Lactancia Materna Exclusiva) hasta los 6 meses de edad del bebé, que continue al menos hasta los 2 años y que a partir de aquí la lactancia JAMÁS será perjudicial, todo lo contrario.

PRIMERAS SEMANAS DE LACTANCIA

Las primeras semanas de vida son primordiales para establecer la lactancia. Son diversos los factores que entran en juego y que favorecerán, o por el contrario, entorpecerán que todo vaya como la seda.

Las primeras horas después del parto son vitales para empezsr la lactancia con buen pie. Esto quiere decir que bebé y mamá deben estar juntos desde minuto cero, piel con piel, y la realidad es que son muy pocos los motivos por los que se tengan que separar (ni siquiera una cesárea es motivo de separación entre madre-hijx). Aquí es el primero momento dónde el ma-padre de la criatura puede intervenir por primera vez en la lactancia: las madres en el parto y justo después de parir se encuentran en un momento vulnerable, con un chute de hormonas importante y necesitan a la pareja serena y convencida de todo lo que hayan hablado antes respecto a cómo quieren el protocolo a seguir: el niñx se queda con mamá, las pruebas pueden esperar (siempre que todo esté dentro de la normalidad, por supuesto), etc. La actitud de la pareda ante ciertas situaciones puede ser clave, ya que desgraciadamente el personal sanitario algunas veces no cumplen con esas premisas.

Los siguiente días también son importantes. Una de las hormonas que se ocupan de la fabricación de la leche es la oxitocina. Es la hormona del amor que, además, se asegurará que se cree vínculo entre la madre y el bebé. Los enemigos de esta hormona son el cansancio, el estrés y los nervios. La mamá y el bebé ahora necesitan tranquilidad y conocerse así que… ¿Quién dice que el otro progenitor no puede hacer nada? Excepto dar el pecho ¡lo puede hacer todo!: Gestionar las visitas para no agobiar madre-hijx, cocinar, hacer la compra, limpiar, cambiar pañales… Cualquier cosa que ayude a que la madre siga estando con su bebé, relajada y descansada, está ayudando a la lactancia de su hijx.

 

 

¿Y DESPUÉS QUÉ?

¿Sabías que uno de los principales motivos de abandono de la lactancia es la presión social y la falta de apoyo? Pues ya sabéis qué más pueden hacer: proteger el dúo madre-hijx de las críticas, de los mitos (buscando información y rebatiendo argumentos obsoletos e intrusivos), apoyando el hecho de amamantar dónde y cuando se quiera, etc. En definitiva, sosteniendo y acompañando este viaje muchas veces duro e intenso que es el puerperio y, en general, la maternidad.

EL DESTETE

Como decíamos al principio, el destete se tiene que producir cuando madre y/o hijx ya no quieran continuar con la lactancia. En el caso de ser la madre quien decida que no quiere continuar dando teta, hay un método muy efectivo en la mayoría de casos, comunmente conocido como “método padre”.

Éste consiste en que sea la pareja quien se levante por las noche cuando el/la pequeñx pida pecho, substutuyendo las tomas por un vaso de leche, canciones, masajes, abrazos, portear… en definitiva, la manera que los ma-padres crean que pueda funcionar con su hijx y ayudar a substituir el amamantamiento nocturno. Si saben que siempre pide teta al salir de la ducha, por ejemplo, qye sea el que no amamanta el que se ocupe a partir de ahora de esa tarea.

Además, cuando una madre decide destetar a su bebé, a menudo aparecen sentimientos de culpa. Que se sienta apoyada y con una persona al lado que la acompañe y ayude en este proceso puede cambiar mucho como viva esta situación.

Es un momento fantástico para que el otro progenitor se involucre de una nueva manera en la crianza, reforzando aún más el vínculo con su bebé y dando una nueva vuelta al rol que ha tenido hasta ahora.

 

 

Desde aquí animamos a las parejas a asistir y a acompañar a las madres en las charlas informativas sobre lactancia materna, ya que ¡tenéis mucho que ver!

¿Vuestra pareja se ha involucrado en vuestra lactancia? ¿Créeis que sin ella hubiera estado muy distinta? ¿O por el contrario sois vosotrxs quien habéis estado en el otro lado? ¿Cómo lo habéis vivido? ¡Explicadnos vuestras experiencias!